miércoles, 16 de mayo de 2018

Nuestros trabajos con la electricidad



Erica.- Pensando en la excursión


Adriana.- Ha tenido una idea excelente con este flexo artesanal.



Javier.-  Nos ha diseñado un buen alumbrado.


Odalis.- El lago de los cisnes


Salma.- ¿Nos apuntamos a hacerle compañía?


Carlos.- La playa con un faro muy particular


César.- Volcán en erupción


Jorge.- Preciosa la "Puerta de Toledo"


David.- Nos ha hecho una bonita casa con su faro.

Alonso.- Nos invita a visitar un nuevo faro


Daniel.- Aquí vemos un "Molino de Viento muy actual"



Lucía.- ¿Te apuntas al camping de "Los Pitufos?


Mirela.- Un "Regalo luminoso"



Lola.- ¿Qué os parece este práctico ventilador?


Sergio.- Nos invita a un paseo por el mar


Christian.- Pone a prueba nuestro pulso


Claudia.- Ha hecho una original lámpara de mesa


Jimena.- Nos acerca al mar con su precioso faro


Paula.- Ha construido un volcán



Iván .- Nos invita a una merienda campestre

¡Enhorabuena, os habéis esforzado muchísimo! 

Para los padres:  Quizá os habréis preguntado ¿para qué todo este lío?


Las manualidades estimulan los procesos mentales. 

Algunos de los beneficios que reportan son:
  • La creatividad, enseña a expresarse y mostrar el mundo real tal y como los niños lo ven.
  • La paciencia y la perseverancia.
  • La atención concentración ya que el niño debe centrar sus sentidos en una sola cosa, aprendiendo a centrar sus atención y concentrarse de un modo paulatino.
  • La memorización. Los niños se fijan en cómo trabajan los adultos, memorizan los pasos y reproducen los  movimientos.
  • La psicomotricidad, en particular el área motora fina. Es decir, la soltura en el manejo de los dedos y manos como herramientas, fortaleciendo también los músculos que los componen.   
  • Aumenta la autoestima porque el niño se ve capaz de afrontar un reto y lograr su objetivo. No importa que  sean grandes artistas, sino que se expresen a través de las manualidades. 
Y cómo no, pasar un tiempo divertido más allá de los aparatos tecnológicos, ver lo agradable que es colaborar con la familia (esos duendes que de vez en cuando aparecen por casa para echar una mano)
y sacar un trabajo adelante del que todos nos sentimos orgullosos. 

Estoy segura que surgió una sonrisa de triunfo cuando le disteis al interruptor y ¡FUNCIONÓ!


  • Ahhhh... sí, además hemos aprendido a conectar unos cables.


¡Sería interesante que os planteaseis nuevos retos manuales!